Mirada
Tu desnudez viene sobre el crujir del piso de tablas
me amas con una suave inclinación de loma
con tu calidez de caserío en medio de la lluvia
y de pronto, como en un deslumbramiento,
te veo en un rincón del cuarto
mirándome con mucha oscuridad de tus ojos
con mucha negrura de tu pelo
con el rojo de tu vestido sobre la silla
y tu mirada ya es todo tu cuerpo, tus zapatos, tus dedos
y no cesas de mirarme, enormemente,
de la cabeza a los pies
como el mar a su barco
como la abeja a su miel
y las estrías de tu iris se alargan
por mi día y mi noche
y la forma de tus ojos de gata, de gata madre
están fijos en mí con su amor imperturbable
como una estatuilla en el centro de la mesa
es un amor que no se mueve
es una sustancia mineral que no dice nada,
ni tiembla
ni se asombra
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